CALIDAD EN GOTAS



martes, 30 de abril de 2013

QUALITYPS N° 60



LOS MITOS Y LAS REALIDADES DE LOS SISTEMAS DE GESTIÓN DE CALIDAD Y SU CERTIFICACIÓN


  • MITO: Una organización solo puede asegurar la Calidad de sus productos o servicios mediante un estricto control de calidad.
  • REALIDAD: La calidad es el resultado de un trabajo bien realizado y obtenerla va más allá del simple control que hagamos en las diversas fases de la producción o prestación del servicio. La calidad también debe planificarse, asegurarse y mejorarse continuamente para que cada actividad sea realizada correctamente y así lograr la plena satisfacción de los clientes y otras partes interesadas.


  • MITO: Las normas ISO 9000 para sistemas de gestión de calidad son utilizadas como una barrera comercial a través de la certificación, para favorecer a los países desarrollados quienes por lo general poseen la tecnología y los recursos para cumplirlas.
  • REALIDAD: Las normas constituyen una herramienta muy útil para que los países menos desarrollados tengan acceso a las mejores prácticas en el área de la gestión de calidad, y la certificación de los sistemas de gestión de calidad está al alcance de todas las empresas a nivel mundial.


  • MITO: Una Organización puede demostrar que su Sistema de gestión de Calidad es eficaz, sólo cuando cumple con los requisitos de la norma ISO 9001:2008.
  • REALIDAD: La familia de normas ISO 9000 proporciona un modelo para la implementación de un SGC eficaz, el cual es aceptado y reconocido a nivel mundial, pero eso no quiere decir que una organización no pueda aplicar requisitos diferentes o adicionales a los señalados en este modelo. Es una decisión estratégica de la organización si su SGC seguirá este patrón u otro diferente, así como también la certificación.


  • MITO: La certificación ISO 9001 para el sistema de gestión de calidad del proveedor proporciona al cliente una garantía de que el producto que adquiere cumplirá con sus requisitos.
  • REALIDAD: Mediante un sistema de gestión de calidad el proveedor puede demostrar su capacidad para suministrar de forma coherente productos que satisfagan los requisitos del cliente, pero éste debe asegurarse que la realización del producto que adquiere esté dentro del alcance del SGC.