Comentando acerca de los auditores de certificación, deberíamos tener claro varios elementos presentes en el proceso de certificación. Por un lado, unas normas de referencia, por ejemplo, ISO 9001, y por el otro, un sistema de gestión de calidad implementado y documentado. Pero, en el medio de ellos estamos nosotros, las personas, unos operando ese sistema tal como está diseñado, implementado y documentado, y por el otro, los auditores de certificación, quienes verifican la conformidad del sistema con respecto a los documentos de referencia. Las personas de ambos lados tienen sus criterios de cómo se aplican los requisitos de la norma, producto de su educación, formación habilidades y experiencias, lo que conocemos como competencias.
Para bien o para mal, esos son los lentes que tenemos las personas para realizar la evaluación del trabajo que se lleva a cabo en la Organización y de cómo se cumplen los requisitos de las normas.
Los auditores cuentan con las herramientas necesarias para desarrollar su trabajo de manera eficaz. Sus competencias y cualidades personales se desarrollan en la medida que aumenta su experiencia. En primer lugar, existen cursos de formación de auditores, luego, tiene a su disposición más de 30 documentos denominados Buenas prácticas de auditoría desarrollados por el Auditing Practice Group del comité ISO TC 176, mediante los cuales se trata de minimizar el componente subjetivo y dictar pautas acerca de como interpretar en particular la norma ISO 9001. Adicionalmente, muchas de esas orientaciones sirven también para las auditorías de otros sistemas de gestión.
Uno de los aspectos acerca de la experiencia del auditor que me parece fundamental es haber trabajado en la implementación de algún sistema de gestión, es decir, haber estado "del otro lado de la calle", e incluso haber sido parte del ente auditado. Eso le permite tener una visión amplia y mente abierta a la hora de auditar, lo cual es una de las cualidades esenciales de un buen auditor.
Por último, deberíamos estar claros que como auditados estamos sujetos, aunque no lo queramos, a los juicios del auditor. Él es un ser humano como lo somos nosotros, y pueden tener un punto de vista diferente acerca de algún tema puntual de la auditoría, pero es el auditor quien determina la no conformidad, no el auditado, ni tampoco es un debate que se establece hasta llegar a un resultado por consenso. Puede ser que en un momento dado no tenga los criterios claros, pero el debería presentar sus resultados debidamente sustentados y para ello cuenta con las herramientas necesarias que hemos mencionado.
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Muy interesante el artículo. Toca varios puntos relacionados con el aspecto humano de una auditoría que vale la pena comentar más.
ResponderEliminarVerificar la conformidad del sistema con respecto a los documentos del sistema incluye el aspecto humano: que lo que se esté haciendo lo esté conforme a lo que está establecido.
Lo que se comenta acerca de que ojalá el auditor haya participado en la implementacion de un SGC, o incluso, haber sido auditado, creo que es fundamental, y es un punto que muchas veces las organizaciones olvidan averiguar cuando buscan entes auditadores. Incluso me atrevería a decir que los auditores deberían tener experiencia en el campo laboral que auditarán, y no sólo como auditores.
M. S. Heim