Publicado
el 11 de junio 2012
Por
Ronaldo Costa Traducido del portugués por: José Manuel Sarmiento M.
Hace
algún tiempo, recibí un correo electrónico con una historia interesante. He estado buscando y encontré que, como gran
parte de los textos motivacionales, está
difundido ampliamente en Internet. No obstante, decidí a
encuadrarlo desde el punto de vista de
la gestión de la calidad. Y encaja perfectamente en el apartado 8.5.1 de la
norma ISO 9001! Veamos por qué llegué a
esa conclusión.
El
Tesoro de Bresa
Había
una vez, en Babilonia, un sastre pobre y modesto llamado Enedim, hombre
inteligente y trabajador, que no había perdido la esperanza de llegar a ser muy
rico. ¿Cómo y dónde, sin embargo, encontrar un tesoro fabuloso y convertirse,
tan rico y poderoso? Un día, se detuvo
en la puerta de su humilde casa un viejo comerciante de Fenicia, que vendía una
gran cantidad de objetos extravagantes.
Por curiosidad, Enedim comenzó a examinar las baratijas ofrecidas,
cuando descubrió, entre ellos, una especie de libro de muchas hojas, donde se
veían caracteres extraños y desconocidos. Era una preciosidad de libro, dijo el
comerciante, y sólo costaba tres dinares.
Era
mucho dinero para el pobre sastre, por lo que el comerciante accedió a vender
el libro por sólo dos dinares.
Tan
pronto como se quedó solo, Enedim trató de examinar sin demora el bien que
había adquirido. ¿Y cuál fue su sorpresa
cuando pudo descifrar en la primera
página, la siguiente leyenda: ". El secreto del tesoro de Bresa" ¿Qué
tesoro sería ese? Enedim recordaba
vagamente haber oído alguna referencia a ésta, pero no podía recordar ni dónde
ni cuándo. Más tarde descifró: El tesoro de Bresa, enterrado por el genio del
mismo nombre en las montañas de Harbatol, fue allí olvidado y allí se encuentra
todavía, hasta que algún hombre que se esfuerce, lo halle". Muy
interesado, el esforzado tejedor se dispuso a leer todas las páginas de ese
libro, para apoderarse de tan fabuloso tesoro.
Pero las primeras páginas fueron escritas en caracteres de distintos
pueblos, lo que hizo que Enedim estudiase los jeroglíficos egipcios, el
lenguaje de los griegos, los dialectos persas y el idioma de los judíos. Como
resultado, al final de tres años, Enedim dejó el oficio de sastre, y pasó a ser
el intérprete del rey, porque no había nadie en la región que supiese tantos
idiomas extranjeros.
Luego
pasó a ganar más y vivir en un hogar confortable.
Continuando
la lectura del libro, encontró varias páginas llenas de cálculos, números y
cifras. Para entender lo que leía,
estudió matemáticas con los calculistas de la ciudad, y, en poco tiempo, se
convirtió en un gran conocedor de las transformaciones aritméticas. Gracias a
los nuevos conocimientos, calculó, diseñó y construyó un gran puente sobre el
río Éufrates, lo que provocó que el rey le nombrara Prefecto.
Todavía,
a fuerza de leer el libro, Enedim estudió profundamente las leyes y los
principios religiosos de su país, siendo nombrado primer ministro de ese reino,
por su vasto conocimiento.
Se fue a
vivir a un suntuoso palacio y recibió la visita de los príncipes más ricos y
poderosos del mundo.
Gracias
a su trabajo y a su conocimiento, el reino progresó rápidamente, trayendo la
riqueza y la alegría a todo su pueblo.
Sin
embargo, todavía no sabía el secreto de Bresa, a pesar de haber leído y releído
todas las páginas del libro.
Entonces,
cierta vez tuvo la oportunidad de
preguntar a un venerable sacerdote respecto a ese misterio, que con una
sonrisa, le aclaró:
El
tesoro de Bresa ya está en tu poder, ya que, gracias al libro has adquirido una
gran sabiduría, que te proporcionó los envidiables bienes que posees. Después
de todo, Bresa significa "Saber"...
Sin
saberlo, Enedim practicó a su manera la mejora continua.
Para
alcanzar el ambicioso objetivo de volverse rico, estuvo atento a posibles
oportunidades y se interesó por el libro del mercader fenicio (vea el libro
como ISO 9001).
Enedim
(organización que quiere certificarse) estudió el libro y trató de aprender
todo lo que necesitaba para interpretarlo (los principios de gestión de la
calidad y las herramientas de Calidad), lo cual le llevó a lograr el
reconocimiento del rey (certificación ISO 9001).
Cómo
buen hombre QUE ERA, aplicó su poder en beneficio de todos sus habitantes
(clientes) y también ganó la admiración (compromiso del cliente interno, la
fidelidad del cliente externo) de todos!
Y de otros pueblos que conocían su historia (nuevos clientes).
Ciertamente,
después de tantos resultados (mejoras) logrados mediante el uso de técnicas
(mejores prácticas) que aprendió, Enedim continuó su búsqueda del
conocimiento! Y cada paso en esta
búsqueda le permitirá nuevos y mayores resultados (mejora continua).
Todos
ustedes que trabajan con la calidad son los poseedores del Tesoro de Bresa.
Muéstrenle a las organizaciones que este tesoro no puede quedarse
"enterrado y olvidado en las montañas de Harbatol". Tiene que ser invertido en
"acciones" para crecer y aportar mejoras a sus procesos!
FUENTE
ORIGINAL:
http://www.qualiblog.com.br/o-segredo-da-melhoria-continua/Publicado originalmente el 22/08/2008
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