CALIDAD EN GOTAS



lunes, 31 de agosto de 2015

El secreto de la Mejora Continua - Metáfora


Publicado el 11 de junio 2012  
Por Ronaldo Costa
Traducido del portugués por: José Manuel Sarmiento M.

Hace algún tiempo, recibí un correo electrónico con una historia interesante.  He estado buscando y encontré que, como gran parte de los textos motivacionales, está  difundido ampliamente en Internet. No obstante, decidí a encuadrarlo  desde el punto de vista de la gestión de la calidad. Y encaja perfectamente en el apartado 8.5.1 de la norma ISO 9001!  Veamos por qué llegué a esa conclusión.

 

El Tesoro de Bresa

 

Había una vez, en Babilonia, un sastre pobre y modesto llamado Enedim, hombre inteligente y trabajador, que no había perdido la esperanza de llegar a ser muy rico. ¿Cómo y dónde, sin embargo, encontrar un tesoro fabuloso y convertirse, tan rico y poderoso?  Un día, se detuvo en la puerta de su humilde casa un viejo comerciante de Fenicia, que vendía una gran cantidad de objetos extravagantes.  Por curiosidad, Enedim comenzó a examinar las baratijas ofrecidas, cuando descubrió, entre ellos, una especie de libro de muchas hojas, donde se veían caracteres extraños y desconocidos. Era una preciosidad de libro, dijo el comerciante, y sólo costaba tres dinares.

Era mucho dinero para el pobre sastre, por lo que el comerciante accedió a vender el libro por sólo dos dinares.

Tan pronto como se quedó solo, Enedim trató de examinar sin demora el bien que había adquirido.  ¿Y cuál fue su sorpresa cuando pudo  descifrar en la primera página, la siguiente leyenda: ". El secreto del tesoro de Bresa" ¿Qué tesoro sería ese?  Enedim recordaba vagamente haber oído alguna referencia a ésta, pero no podía recordar ni dónde ni cuándo. Más tarde descifró: El tesoro de Bresa, enterrado por el genio del mismo nombre en las montañas de Harbatol, fue allí olvidado y allí se encuentra todavía, hasta que algún hombre que se esfuerce, lo halle". Muy interesado, el esforzado tejedor se dispuso a leer todas las páginas de ese libro, para apoderarse de tan fabuloso tesoro.  Pero las primeras páginas fueron escritas en caracteres de distintos pueblos, lo que hizo que Enedim estudiase los jeroglíficos egipcios, el lenguaje de los griegos, los dialectos persas y el idioma de los judíos. Como resultado, al final de tres años, Enedim dejó el oficio de sastre, y pasó a ser el intérprete del rey, porque no había nadie en la región que supiese tantos idiomas extranjeros.

Luego pasó a ganar más y vivir en un hogar confortable.

Continuando la lectura del libro, encontró varias páginas llenas de cálculos, números y cifras.  Para entender lo que leía, estudió matemáticas con los calculistas de la ciudad, y, en poco tiempo, se convirtió en un gran conocedor de las transformaciones aritméticas. Gracias a los nuevos conocimientos, calculó, diseñó y construyó un gran puente sobre el río Éufrates, lo que provocó que el rey le nombrara Prefecto.

Todavía, a fuerza de leer el libro, Enedim estudió profundamente las leyes y los principios religiosos de su país, siendo nombrado primer ministro de ese reino, por su vasto conocimiento.

Se fue a vivir a un suntuoso palacio y recibió la visita de los príncipes más ricos y poderosos del mundo.

Gracias a su trabajo y a su conocimiento, el reino progresó rápidamente, trayendo la riqueza y la alegría a todo su pueblo.

Sin embargo, todavía no sabía el secreto de Bresa, a pesar de haber leído y releído todas las páginas del libro.

Entonces, cierta vez tuvo  la oportunidad de preguntar a un venerable sacerdote respecto a ese misterio, que con una sonrisa, le aclaró:

El tesoro de Bresa ya está en tu poder, ya que, gracias al libro has adquirido una gran sabiduría, que te proporcionó los envidiables bienes que posees. Después de todo, Bresa significa "Saber"...

 
Analogías (colocadas entre paréntesis):

Sin saberlo, Enedim practicó a su manera la mejora continua.

Para alcanzar el ambicioso objetivo de volverse rico, estuvo atento a posibles oportunidades y se interesó por el libro del mercader fenicio (vea el libro como ISO 9001). 

Enedim (organización que quiere certificarse) estudió el libro y trató de aprender todo lo que necesitaba para interpretarlo (los principios de gestión de la calidad y las herramientas de Calidad), lo cual le llevó a lograr el reconocimiento del rey (certificación ISO 9001). 

Cómo buen hombre QUE ERA, aplicó su poder en beneficio de todos sus habitantes (clientes) y también ganó la admiración (compromiso del cliente interno, la fidelidad del cliente externo) de todos!  Y de otros pueblos que conocían su historia (nuevos clientes).

Ciertamente, después de tantos resultados (mejoras) logrados mediante el uso de técnicas (mejores prácticas) que aprendió, Enedim continuó su búsqueda del conocimiento!  Y cada paso en esta búsqueda le permitirá nuevos y mayores resultados (mejora continua).

Todos ustedes que trabajan con la calidad son los poseedores del Tesoro de Bresa. Muéstrenle a las organizaciones que este tesoro no puede quedarse "enterrado y olvidado en las montañas de Harbatol".  Tiene que ser invertido en "acciones" para crecer y aportar mejoras a sus procesos!

FUENTE ORIGINAL:
http://www.qualiblog.com.br/o-segredo-da-melhoria-continua/
Publicado originalmente el 22/08/2008